viernes, 1 de abril de 2011

Esperanza Clara

Hoy Una amiga online me ha enviado un articulo escrito por su hija, no he podido resistir la tentación de pedirle permiso para publicarlo, para que llegue a mas personas, por lo que deduzco al leerlo las siguientes generaciones
no están todas perdidas, por mas que se empeñen en las cadenas de televisión, mostrándonos su ejemplo de juventud: (Gran Hermano, Mujeres y hombres y viceversa, hijos de papa, Al salir de clase, Física y Química.
Todavía quedan jóvenes sensibles e inteligentes que no se dejan engañar por la falsa fama o la cultura del pelotazo.

Mi imaginación se está agotando, lo sé, lo noto.
Ya no sueño, ya no veo irreales mundos de colores; ahora sólo veo la destrucción del mundo real, el odio, el dinero, la corrupción, el petróleo, los huracanes, terremotos, el hambre, las violaciones… Y una lista interminable de la horrible realidad en la que vivo. Pero lo peor de todo, es la falta de responsabilidad humana. Los medios de comunicación excusan todos estos desastres con el fin del mundo, con la naturaleza, pero lo que en realidad sucede, es que no somos capaces de hacer frente a que estamos acabando con el lugar del que dependemos para vivir porque es demasiada responsabilidad y las soluciones que podríamos llevar a cabo para suavizarlo producirían demasiadas alteraciones económicas en aquellos quienes lo controlan todo. En éste, mi mundo, no son más de diez personas las que tienen el control, aquellos que se benefician con las inundaciones, las dictaduras, los incendios, los accidentes nucleares… ¿Pero y si aceptásemos que todo es culpa nuestra? ¿Qué pasaría entonces? El pueblo se lanzaría a la calle lleno de temor porque se acaben sus vidas; el pueblo, de todas las partes del mundo, estaría dispuesto a cambiar todas sus rutinas de vida solo por seguir viviendo, aunque conociendo la historia de este mundo, a las dos o tres generaciones se habrían olvidado las buenas intenciones y volveríamos a la corrupción y la destrucción anterior a la gran revolución. Pero aun así debemos intentarlo, intentar salvar este pobre mundo que estamos destruyendo, intentar impedir que avance la tercera guerra mundial que se está produciendo bajo las órdenes de los que tienen el control, ya que sobra gente en el mundo, y las guerras, enfermedades provocadas, desastres naturales, etc., son la forma más rápida y cómoda de matar gente sin acaparar ninguna culpa.
¿Y era yo quién decía que no tenía imaginación? Ahora me doy cuenta de que me sobra, porque tienes que ser muy soñador para creer que esto puede cambiar.


Clara Moliner Huerta.